Esta entrada va con un día de atraso... Entre los quehaceres y atender al bebé, no me dió chance de compartirlo el propio 06 de octubre... pero aquí les va...
Hoy... 06 de octubre, hace un año y con una prueba casera, Gus y yo nos enteramos que seríamos papás... Para ser honestos, aunque lo estábamos buscando desde hacía par de meses, no lo esperábamos, no tan rápido al menos... siempre escuchas las historias de parejas que tardan un poco una vez que se deciden y sí, también estábamos a la expectativa de si entraríamos a las estadísticas de quienes por diferentes motivos, deben recurrir a ayuda médica para quedar embarazados... sin embargo, cuando piensas que luego de casi cinco años de casados y que, por razones externas y ajenas a nuestra voluntad, habíamos decidido postergar eso de tener hijos... llegó en el momento perfecto!
Para ese entonces habían varios proyectos en puerta para mi... inocente de lo que mi cuerpo ya albergaba, recuerdo que estaba en una clase de yoga (que recién había retomado) y la instructora nos dice que ofrezcamos la clase a una persona o situación especial. La ofrecí para que el camino que debía tomar se me despejara claramente... El mensaje no pudo llegar más contundentemente, cinco días después tenía un maravilloso positivo en mis manos.
En esa misma semana, comencé un diplomado sabatino. Ese sábado 04, entre las respectivas presentaciones, estuvo la de una compañera quien dijo entre otras cosas, que no estaba segura de si estaba embarazada. Recuerdo que en ese momento sus palabras retumbaron en mis oídos, en mi estómago y no sé por qué me conecté con esa idea. Para el momento tenía un solo día de atraso, nada fuera de lo común, pero de alguna manera me inquietaba el hecho de que mi puntual período no hubiese aparecido y empecé a decirle a mi esposo que consiguiéramos una prueba de embarazo. Tavo, quien es bastante más relajado y escéptico que yo, me decía que uno o dos días de retraso eran totalmente normales (efectivamente lo son) que seguramente en par de días llegaba la visitante... pero yo insistí e insistí. El domingo 05 de octubre, fuimos a comer ceviche (el último que me comí durante unos cuantos meses) y no conseguimos pruebas en la farmacia... un día más de espera. Hoy recordando esos días, me doy cuenta que de alguna manera tu cuerpo y tu espíritu te dan señales de que algo está cambiando en tí, no sabes necesariamente qué, pero en lo profundo de tu ser sabes que algo está pasando.
El lunes 06, luego de la oficina, Gus llegó con la prueba a casa que había conseguido en una farmacia SAAS, en Baruta (por alguna razón como que en la época había escasez). Abro el paquete, leo las instrucciones y, como toda primeriza nerviosa, hago un desastre en el proceso, pero finalmente lo logré. Cuento los minutos 1... 2... 3... me asomo a ver la prueba. Una sola rayita, es decir negativo. Me embargó la desilusión por un momento y tal cual proceso de negación, me fui a hablar con Gustavo a la sala convencida de regresar minutos después. Así lo hice y para mi sorpresa, una tenue segunda rayita se dibujaba en el minúsculo cuadrado de la verdad. No lo podía creer!. Con una risa bastante nerviosa le dije a Tavo que yo creía que había una segunda rayita. Él me dijo: "yo también creo" y en ese momento ambos estábamos sorprendidos. Rápidamente tomé una foto de la prueba y se la envié a mi prima que está en Australia y que recién había sido mamá a ver qué pensaba. Misma opinión.
Hoy... 06 de octubre, hace un año y con una prueba casera, Gus y yo nos enteramos que seríamos papás... Para ser honestos, aunque lo estábamos buscando desde hacía par de meses, no lo esperábamos, no tan rápido al menos... siempre escuchas las historias de parejas que tardan un poco una vez que se deciden y sí, también estábamos a la expectativa de si entraríamos a las estadísticas de quienes por diferentes motivos, deben recurrir a ayuda médica para quedar embarazados... sin embargo, cuando piensas que luego de casi cinco años de casados y que, por razones externas y ajenas a nuestra voluntad, habíamos decidido postergar eso de tener hijos... llegó en el momento perfecto!
Para ese entonces habían varios proyectos en puerta para mi... inocente de lo que mi cuerpo ya albergaba, recuerdo que estaba en una clase de yoga (que recién había retomado) y la instructora nos dice que ofrezcamos la clase a una persona o situación especial. La ofrecí para que el camino que debía tomar se me despejara claramente... El mensaje no pudo llegar más contundentemente, cinco días después tenía un maravilloso positivo en mis manos.
En esa misma semana, comencé un diplomado sabatino. Ese sábado 04, entre las respectivas presentaciones, estuvo la de una compañera quien dijo entre otras cosas, que no estaba segura de si estaba embarazada. Recuerdo que en ese momento sus palabras retumbaron en mis oídos, en mi estómago y no sé por qué me conecté con esa idea. Para el momento tenía un solo día de atraso, nada fuera de lo común, pero de alguna manera me inquietaba el hecho de que mi puntual período no hubiese aparecido y empecé a decirle a mi esposo que consiguiéramos una prueba de embarazo. Tavo, quien es bastante más relajado y escéptico que yo, me decía que uno o dos días de retraso eran totalmente normales (efectivamente lo son) que seguramente en par de días llegaba la visitante... pero yo insistí e insistí. El domingo 05 de octubre, fuimos a comer ceviche (el último que me comí durante unos cuantos meses) y no conseguimos pruebas en la farmacia... un día más de espera. Hoy recordando esos días, me doy cuenta que de alguna manera tu cuerpo y tu espíritu te dan señales de que algo está cambiando en tí, no sabes necesariamente qué, pero en lo profundo de tu ser sabes que algo está pasando.
El lunes 06, luego de la oficina, Gus llegó con la prueba a casa que había conseguido en una farmacia SAAS, en Baruta (por alguna razón como que en la época había escasez). Abro el paquete, leo las instrucciones y, como toda primeriza nerviosa, hago un desastre en el proceso, pero finalmente lo logré. Cuento los minutos 1... 2... 3... me asomo a ver la prueba. Una sola rayita, es decir negativo. Me embargó la desilusión por un momento y tal cual proceso de negación, me fui a hablar con Gustavo a la sala convencida de regresar minutos después. Así lo hice y para mi sorpresa, una tenue segunda rayita se dibujaba en el minúsculo cuadrado de la verdad. No lo podía creer!. Con una risa bastante nerviosa le dije a Tavo que yo creía que había una segunda rayita. Él me dijo: "yo también creo" y en ese momento ambos estábamos sorprendidos. Rápidamente tomé una foto de la prueba y se la envié a mi prima que está en Australia y que recién había sido mamá a ver qué pensaba. Misma opinión.
Con un tercero certificándolo, como que la cosa sí es en serio! En ese momento sí fue verdad que una alegría indescriptible nos rodeó en la casa, al mismo tiempo que un miedo loco (por lo menos a mi) y que no sabía explicar. El puchito (como siempre nos referimos al bebé que tendríamos) llegaría en unos meses a volcar nuestra vida para siempre, claro está en el buen sentido de la palabra (para ese entonces no lo sabíamos jajaja, sobre esto les compartiré más adelante). Para recordar a futuro esta fecha, compartirlo hoy con ustedes y más adelante con nuestro hijo, nos tomamos una foto familiar de los 5, la primera que marcó el inicio de muchas otras que vinieron después.
Hoy un año después, puedo afirmar sin lugar a dudas, que ha sido la mejor noticia que hemos recibido. Hoy un año después, tenemos a nuestro tesorito en brazos, sano, feliz y pleno, con nuestras vidas cambiadas para siempre, nuestras caras con más ojeras, con nuestra casa un poco más desordenada y adornada de sus cosas. Hoy un año después, Rodrigo, el Puchito, sostiene en sus manos la prueba mensajera que nos dijo: Ya somos 3 humanos más 2 perritos en esta familia.
Tere! Te felicito por atreverte, esta es una actividad que he querido hacer pero me da miedito lanzarme al agua, me gusto la forma ligera de tu relato y la ultima foto me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Sara! Gustavo fue el de la idea de la foto y quien me animó también a escribir. Un abrazo de vuelta!
EliminarQue bella forma de plasmar desde el comienzo la historia de la bendición mas anhelada, felicidades tere!!!
ResponderEliminarMuchas gracias!!! un abrazo!
EliminarTere q bello !! Me encanto tu post me hizo recordar mi embarazo , el día de la prueba!! Q lloraba y gritaba en la calle jajajaj me encanto.. Un beso amiga!
ResponderEliminarJajaja que fino! esa es la idea... que nos conectemos con las cosas lindas de esta etapa... un abrazo!
EliminarTere que fresco de leer, tu vivencia y experiencia para esa maravillosa situación, me resulta interesante conocer como cada una vive de manera tan distinta ese momento, que al pasar del tiempo se guarda dentro de sí mismas, a la expectativa de un nuevo relato...
ResponderEliminarTere que fresco de leer, tu vivencia y experiencia para esa maravillosa situación, me resulta interesante conocer como cada una vive de manera tan distinta ese momento, que al pasar del tiempo se guarda dentro de sí mismas, a la expectativa de un nuevo relato...
ResponderEliminares así Ina... al final lo bonito es como atesoras el recuerdo...
EliminarFelicidades Tere!!, Rodrigo te trajo la inspiración para compartir tu mundo interior, ya te seguiré en tus aventuras ...
ResponderEliminarGracias Les! pues sí... es de esas experiencias tan extraordinarias que vale la pena compartir... un abrazote!
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